El domingo, 13 de diciembre, a las 10,45 ya estábamos subiendo por la Calzada romana. Esta vez, además de Caye, Don Caye, Manolo, Lolo, y Luis Javier, se decidió a acompañarnos mi hijo Mario. El día amanecía feo, cubierto, pero una cosa es la llanura, y otra muy distinta la montaña. Subiendo por la calzada romana, veíamos las nubes en el valle, algo de niebla en el Puerto de la Fuenfría, y ya despejado en Cerro Minguete. La subidita a Montón de Trigo nos permitió divisar un océano de nubes densas, con las cimas de Peñalara, Bola del Mundo, Cabezas de Hierro, y las Machotas flotando mansamente, y arriba sol, día espléndio, ideal para degustar los bocadillos, frutos secos, el chocolate y los buenos tragos de la bota de Don Caye. Al bajar, nos alcanzaron las nubes, la "boira yebradora", que dicen los catalanes, la escarcha, que dejaba blancos los árboles, y se fijaba a nuestras melenas y blancos bitotes, haciéndolos aún más blancos, hasta la Fuenfría. Las nubes, rápido subieron arriba, y nosotros bajamos por otro itinerario, siempre buscando conocer caminos nuevos.
Etapa 18 del GR 92 entre Garraf y Vilanova i la Geltrú
Hace 3 semanas